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¡Talita Kum! Levántate niña.
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¡Talita Kum! Te ordena el Señor
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¡Talita Kum! mi niña no duermas,
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que yo soy la vida y la resurrección.
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que yo soy la vida y la resurrección.
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Jairo se llamaba el hombre ¡cómo lo voy a olvidar!
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si entre todos esos hombres lo podría yo encontrar.
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Jefe de la Sinagoga, cuando tu hija se enfermó
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sin temor y sin demora recurriste al Señor.
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¡Talita Kum! Levántate niña.
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¡Talita Kum! Te ordena el Señor
C7 F
¡Talita Kum! mi niña no duermas,
G C G7 C
que yo soy la vida y la resurrección.
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que yo soy la vida y la resurrección.
(Jairo):
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(Mi hija tiene doce años, de salud está muy mal.
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Ven a casa te esperamos. Tú, Jesús, la salvarás).
C7 F
Justo fue en aquel momento que un amigo le avisó:
(Amigo):
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(No molestes al Maestro que tu hijita ya murió.
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Jairo muy entristecido ya no supo más que hacer
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y el Señor compadecido quiso hablarle solo a él:
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(No temas, amigo mío, que a tu niña salvaré.
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Créeme lo que te digo: Yo la resucitaré).
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Al entrar a aquella casa el Señor se adelantó:
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Ya no lloren por la niña, solo duerme, no murió).
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Acercándose hasta ella de su mano la tomó
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y diciendo dos palabras la niñita se salvó.